Conocí a Daniela Anaya en el segundo semestre del 2015 cuando coincidimos en todas las asignaturas de ciclo básico. Allí pude conocerla y empezar a tener una idea de ella como artista en formación, compañera y amiga. Desde mi perspectiva sentía que Daniela siempre se caracterizaba por ser una persona comprometida, apasionada, que alcanza lo que desea y se esfuerza por lo que le interesa.

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En ese tiempo pude notar la gran pasión y alegría que le generaba la danza, además de identificar sus primeras fortalezas, dedicación y organización. Luego realizamos el proyecto de puesta en escena juntas, donde ella desempeñaba el rol de coreógrafa, en ese momento pude sentir un interés que empezaba a nacer por componer y por la precisión escénica.

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Durante el ciclo profesional compartimos varias clases, como Técnica Básica de Ballet Clásico y Técnica Básica de Danza Contemporanea, en las que coincidimos varias veces y donde ella demostró progresivamente su dominio técnico en estas dos áreas y su crecimiento día a día. Solo debo decir qué hay algunos aspectos en los que podría seguir trabajando como su foco y su velocidad, que si bien es una fortaleza, en ocasiones deja de escuchar el colectivo para ir a su propio ritmo.

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En él área de puestas en escena, como Composición coreográfica y Repertorio de la danza pude notar sus múltiples conocimientos junto a una muy buena capacidad analítica que siempre la han caracterizado. Ella es capaz de explotar estos aspectos en sus aportes en clase y sus escritos claramente sustentados.

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Los Laboratorios que he compartido con ella son los espacios donde mas la he podido ver en una constante búsqueda compositiva y corporal. Además, en esta área ha mostrado cuál es su voz como artista escénica, su interés por la composición, el detalle y lo orgánico. Aquí me di cuenta de su deseo por tener todo muy claro y limpio en sus creaciones escénicas. Yo le recomendaría dejarse sorprender por lo instantáneo y por el riesgo que se toma en los lugares donde no se siente cómoda, como la exploración con la voz y la actuación, ya que son universos donde podría potenciar algunos aspectos. 

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Con Daniela también hemos compartido algunos Ensambles de Danza contemporánea como Cadáver Exquisito y Quitapesares. En ambos pude resaltar nuevamente su gran facilidad para componer, y la memoria para retener cada una de las secuencias, su forma de aportar a la creación por medio de críticas constructivas, convicciones propias, un alto grado de liderazgo y reconocimiento propios que realizaba a lo largo de todo el proceso de creación colectiva.

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Daniela es una bailarina a la que he visto crecer tanto personal como artísticamente, con muchas capacidades y, como todos, algunos aspectos en los que debe seguir trabajando. Tengo la certeza de que crecerá mucho más y alcanzará cada uno de sus sueños porque es una mujer dedicada, apasionada y segura de sí misma.

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