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Martha Montaño

Bailarina. Artista escénica

Conocí a Daniela al final del año 2016, en la audición del ensamble de danza contemporánea de Sarah Storer. En ese momento vi a una mujer hábil, capaz y empoderada. Ella acababa de regresar de una recuperación de seis meses de su tobillo, y en la audición vi un cuerpo estable, enérgico y con ganas de moverse nuevamente.

Nos encontramos nuevamente en el primer semestre del 2017, compartimos casi todas las asignaturas juntas. Las puestas en escena de Historia de la danza y Repertorio de la danza, así como la técnica básica de danza contemporánea Release, por último, el ensamble de danza contemporánea de Sarah Storer.

En cuanto al área de puestas en escena, destaco en Daniela su forma de escritura, análisis de textos y síntesis. Durante su proceso vi un trabajo consistente y consciente con respecto a las investigaciones y reconocimiento de las vanguardias de la danza. En repertorio de la danza vi su gran interés por el movimiento codificado, y las diferentes técnicas y formas de aprendizaje de la danza. Su análisis y reflexión continua le permitieron tener un proceso consistente. También vi como el plasmar la teoría en su cuerpo en ocasiones era conflictuante, pues, estilos como el Butoh, la danza conceptual o danza teatro, le eran difíciles de apropiar y apreciar visualmente. Ahí me di cuenta de su interés y potencial para habitar las técnicas con su cuerpo. También su fascinación por las piezas coreográficas, el movimiento ágil y los cuerpos sincronizados.

Su proceso en las técnicas básicas ha sido revelador. Desde un principio vi su gran interés por la danza contemporánea y el entrenamiento del cuerpo del bailarín. Destaco su disciplina, compromiso y presencia durante las clases. Recuerdo que en principio Daniela estaba motivada a moverse y habitar el espacio con todo su cuerpo; sin embargo, por la pausa previa que había tenido, su colocación en el espacio y la musicalidad, se vieron un poco afectadas. En ocasiones su emoción por moverse la llevaba a no observar a quienes la rodeaban, y seguir el tiempo musical o las pautas sonoras le era difícil. Claro que ésto para el primer semestre del 2017, por que, durante todo el semestre vi como su consciencia espacial se despertó y agudizó, y como, en la clase de Ballet, su trabajo auditivo se potenció, permitiéndole ejecutar con mayor precisión las variaciones y ejercicios de la barra.

En el ensamble con Sarah Storer, compartimos el proceso de creación de la pieza “No, ella No”, en la cual vi a una ejecutante precisa, capaz y versátil. Su proceso fue fructífero, ella fue propositiva, creativa y activa durante cada ensayo. Se retó a trabajar la danza de contacto, hizo una pieza de manipulación de cuerpos en la que su trabajo fue destacado. Potenció su comunicación verbal, pues, en ocasiones, exponer sus ideas o ser clara con sus decisiones le era difícil ya que no era un grupo con el que ella hubiese trabajado antes, y al haber tantas personas diferentes se sintió tímida con sus comentarios. Sin embargo, su cuerpo se mantuvo en diálogo y disposición todo el tiempo.

Por otro lado, en el segundo semestre de 2017 volvimos a trabajar en el área de Técnicas básicas. Empezando con la técnica de Ballet Clásico, vi un cuerpo entrenado e inteligente, tomaba las correcciones con agilidad y buscaba expandir sus límites. La musicalidad era una habilidad en desarrollo, en la cual puso mucha atención. Evidencié como sus músculos se tonificaban, su postura era más consciente, y la articulación del pie mejoraba. Trabajaba en alargar su cuerpo y en no hacer posturas estáticas, sino en alargar el movimiento y usar sus aptitudes. Ella es coordinada, atenta y persistente, sudaba la clase desde el inicio hasta el final, siento que solo necesitaba creer más en ella, pues era muy hábil y en ocasiones no se daba cuenta de cuan buena era en la técnica.

En la Técnica de danza contemporánea vi un rigor técnico y trabajo espacial más consciente. Su actitud de compartir y aprender la llevaron a dominar los ejercicios de clase, se conectó ágilmente con el grupo mientras se reconocía como un cuerpo hábil y capaz. Su desempeño en esta clase le permitió ejecutar con gran desarrollo técnico y expresivo en el ensamble de Arnulfo.

Su trabajo en ese ensamble fue preciso y contundente, se mantuvo activa, y consciente durante el proceso de creación. Allí noté, por primera vez, su gran interés por la coreografía, por el rol del coreógrafo; su mente creativa aportaba ideas constantemente, y durante la ejecución se retó en cuanto al código del movimiento. Hacíamos una pieza coreográfica demandante, ella la logro rápidamente. Su memoria espacial, y compromiso, me permitieron ver un gran avance y cimentación de la información de esta creación.

Nos encontramos nuevamente en el primer semestre del 2018 donde vi a una Daniela cambiada, más dispuesta a validarse y reconocerse como cuerpo capaz y valioso. Compartimos el Laboratorio de dramaturgia del movimiento, en el cual vi en su proceso grandes decisiones y disposiciones frente a los roles de la creación. Trabajó una pieza que mutó de un dueto a un solo. Su tema eran las heridas, las marcas, esos tatuajes que conserva el cuerpo aun cuando no se ven a simple vista. Su pieza fue lírica y estaba acompañada de un texto. Fue la primera vez que vi a Daniela usar su voz en una composición de danza. En ese proceso pienso que el mayor reto era sostener y profundizar en sus ideas, le era difícil habitar los espacios emocionales, pues, abrir antiguas puertas o espacios de vulnerabilidad, le eran chocantes, ya que no quería exponer su conmoción a su público.

Finalmente, en su último semestre, nos encontramos nuevamente en la técnica de danza contemporánea, y en el Laboratorio de composición coreográfica. En aquel momento vi a Daniela más empoderada y consciente frente a lo que quiere ser y lo que ya es. Dentro de la técnica su rigor sigue siendo impecable. Ahora su reto fue trabajar la paciencia y los detalles del movimiento, pues, ya es un cuerpo muy codificado; su entrenamiento corporal se ve reflejado en sus composiciones coreográficas, ella trabaja desde lo físico, el movimiento codificado, difícil y demandante. Hizo una pieza en la que su cuerpo era observado desde varios frentes y puntos, su movimiento era diciente y claro, y su diseño espacial potenció su muestra.

A hoy, veo en Daniela una ejecutante creadora capaz de asumir los diferentes procesos de creación a partir de su experiencia y previo entrenamiento. Ella entreteje información ágilmente y la digiere a través del cuerpo. Así mismo, sus habilidades para organizar y fijar movimiento, además de dialogar con otros cuerpos, le permiten enfrentarse a la creación escénica desde los roles de productora, creadora y ejecutante.

Eval Marth
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