
DANIELA ANAYA AMAYA
Bailarina - Artista escénica
Autoevaluación

Dos grandes lecciones que recibí en principios de actuación fueron la importancia de la honestidad y el trabajo en equipo. Por un lado, la honestidad, para mí, es lo que hace la diferencia entre repetir movimientos y bailar realmente, es ese “algo” especial que me sucede cuando conecto el movimiento con una necesidad interna. Por el otro, el trabajo en equipo es claro al momento de crear con los otros, esto en la danza a veces se vuelve un poco difuso por la necesidad del logro técnico que es algo individual. La actuación logró clarificar la necesidad del otro en un momento tan introspectivo como lo fue el ciclo básico para mí.
Empecé la carrera de artes escénicas en el 2015. Llegué llena de certezas sobre la danza y sobre mi vida. Creía saberlo todo, y durante el primer año de la carrera tuve que adaptarme a la idea de no saber nada. Es decir, tuve que asumir una nueva posibilidad en mi vida que implicaba que nada era definitivo, que todo conocimiento era cuestionable, manipulable y transformable. Aquello que “sabía” debía ser revisado en un nuevo contexto; los patrones que había adquirido a lo largo de los últimos 20 años se hicieron conscientes y ya no podía ni caminar sin cuestionarme al menos dónde estaban mis rodillas. Había tenido una certeza, quería bailar, pero en ese momento ya ni podía responder la “simple” pregunta: ¿Qué es danza? ¿Cómo iba a dedicarme a bailar si ni siquiera sabía qué era eso? Enfrentarme al ciclo básico consistió en aprender a recibir y a dejar ir.
Me costó encajar la idea de la actuación como parte de mi quehacer artístico, no quería entender qué tenía que ver una cosa con la otra. Fue el concepto de las artes escénicas, como el espacio en que converge todo aquello que se hace para ser visto, el que me ayudó a ubicar al trabajo actoral en mi panorama. Entender lo que es el performance es una tarea diaria de ir construyendo, sumando, cuestionando lo que hago y lo que veo hacer a otros.

El área de somática fue mi favorita durante el ciclo básico, cada clase fue un descubrimiento y ahí nació mi interés por las metodologías de entrenamiento y de aprendizaje. Desde ese momento me ha acompañado siempre una profunda pregunta por la transmisión y recepción de información, desde y a través del cuerpo. En el área de danza me interesé por la pedagogía. Veía mis dificultades para deshacerme de patrones que había adquirido debido a la falta de experiencia pedagógica de mis maestros anteriores, y los problemas de muchos de mis compañeros para construir las conexiones necesarias para cada técnica. Así se despertó en mí la necesidad de analizar e investigar alrededor de aquellas estrategias, métodos y técnicas para enseñar la danza. Durante el resto de la carrera he podido acercarme a muchas formas de transmisión, seleccionar las que han sido más útiles y eficientes para mí y poner en práctica en mí y en mis compañeros esas que me han dado los mejores resultados.
Terminando el ciclo básico me lesioné y me ví obligada a sentarme y observar, a entender y aprender desde la quietud. Tai Chi, actuación, ballet, danza contemporánea, cada clase fue un reto, la importancia del trabajo somático se hizo más clara que nunca, todos los días debía escuchar a mi cuerpo con mucha atención y aceptar los momentos en que me pedía que parara y aprendiera de nuevas formas.
Puedo resumir mi ciclo básico como un año en que aprendí a dejar ir las certezas y a aceptar las dudas y la incertidumbre como espacios creativos, lugares donde la incomodidad me mueve a descubrir nuevas formas de hacer y el miedo me impulsa a asumir nuevos retos.
Elementos de la puesta en escena II fue el momento en que se concretaron todas las experiencias vividas hasta ese momento. Organicé un pequeño performance que hacía visible lo que hasta el momento entendía por análisis de textos teatrales, danza, actuación, producción, iluminación. El día de la muestra final descubrí que me apasiona el trabajo de crear conexiones entre elementos, y decidí que nada podía ser una sola cosa.
El ciclo básico fue una puerta abierta que me ha traído a través de un largo camino lleno de preguntas. Me he cuestionado todo lo que he creído, y he descubierto lo maravilloso que puede ser vivir sabiendo que nada es absoluto. Ahora creo que la única forma de saber más es asumir la multiplicidad de ideas acerca de todas las cosas, y para mí eso se ve reflejado en permitirse la libertad de no clasificar, de no encasillar.
Desde el inicio del ciclo profesional tuve claro que mi énfasis sería danza, pero más que la danza he podido llegar a la conclusión de que tengo una pregunta por el movimiento. Movimiento como constructor de conocimiento y como vehículo de comunicación. Hasta el momento no he dejado de preguntarme sobre las múltiples formas en que el movimiento se convierte en danza. He dedicado los últimos cuatro años a tratar de darle forma a eso que la danza puede llegar a ser para mí.


Tengo un gran interés por el trabajo de ejecutante. Todo el ciclo profesional he buscado profundizar en las habilidades técnicas e interpretativas que la carrera tiene para ofrecer en el campo de la danza contemporánea. Tuve la oportunidad de pasar por las clases de muchos maestros distintos, todos con enfoques muy variados. La aproximación a las diferentes técnicas me ha permitido adquirir una visión amplia de las posibilidades del movimiento. He podido experimentar prácticas como ballet clásico, Cunningham, técnica López y diferentes formas del Release. Todo esto me ha permitido comprender e incorporar los principios de la danza (alineación, centro, conexiones, cualidades, ritmo, coordinación, entre otros). Así he ido construyendo un perfil de movimiento bastante amplio que me permite desenvolverme en diferentes espacios y responder desde la acción a las necesidades de la escena.

Entre mis fortalezas se encuentra la precisión técnica, fácilmente puedo comprender y apropiar movimiento. También tengo la capacidad de prestar atención a los detalles, me interesa mucho comprender las sutilezas del movimiento y a partir de allí explorar sus posibilidades y variaciones. Tengo una excelente memoria, lo que me permite aprender coreografías, habilidades y variaciones con rapidez. Así puedo dedicar un mayor tiempo a explorar y entender el movimiento en cada clase y trabajo. Igualmente he aprovechado la variedad de maestros para explorar y aprender sobre diferentes metodologías de la enseñanza. Me atraen las formas en que aprendemos a aprender y disfruto mucho explorar múltiples maneras de adquirir conocimiento y compartirlo.
Considero que la danza no es una serie de pasos o poses, más bien un solo camino continuo a través del que mi cuerpo se va movilizando, esto me ha permitido adquirir una gran fluidez en el movimiento. Igualmente, creo que el movimiento es al mismo tiempo forma, espacio y ritmo; así he desarrollado una muy buena consciencia espacial y musical.
Me he entrenado para ser cada vez más fuerte, disfruto cuando el movimiento es demandante y complejo. Asimismo, esta fuerza junto a un trabajo de mucha consciencia del centro me permite ser muy veloz. Disfruto el trabajo de piso que combina todos estos elementos. Los saltos, las entradas y salidas del piso y la fluidez del Realese son aspectos que disfruto mucho.
El manejo del foco es uno de los aspectos técnicos que más me ha costado. Saber a donde mirar y con que calidad hacerlo es una de las tareas en las que más me enfoco en cada clase. Juego a nombrar objetos, recorrer caminos, coreografiar trayectorias y procuro buscar siempre nuevas maneras de explorar el uso de la mirada. Sin embargo, es aún un elemento que no está completamente integrado y que debo seguir trabajando. Quiero también seguir profundizando en lograr cada vez mayor precisión y en ampliar mi perfil de movimiento, pues cualidades con tiempo sostenido o flujo contenido me cuestan más que aquellas súbitas y libres.
En las áreas de laboratorios y puestas en escena me he enfocado en dos líneas investigativas. Por un lado, las metodologías de aprendizaje; y por el otro, la creación. A nivel de metodologías he buscado explorar cómo aprendo y cómo enseño. Entendí el aprendizaje como el proceso de crear conexiones en el cuerpo; la memoria, la creatividad y el análisis son diferentes maneras de enlazar conceptos. Me interesa encontrar nuevas maneras de aprender. El campo de la creación lo veo como el lugar de hacer consciencia de los aprendizajes y de encontrar diversas formas de conectarlos.
El laboratorio de análisis Laban me permitió desarrollar una plataforma para investigar y ampliar perfiles de movimiento a través de la improvisación, y la puesta en escena de visión somática fue un espacio para seleccionar elementos de diferentes prácticas somáticas que permitan potenciar el entrenamiento y el trabajo tanto de ejecución como de creación. Así mismo, en las puestas en escena de historia de la danza y repertorio de la danza he buscado explorar las formas en que otros han desarrollado sus obras y cómo esto es resultado de sus contextos, a la vez que he buscado poder aplicar esas mismas experiencias en mi trabajo. En los laboratorios de danza tradicional, composición coreográfica, dramaturgia del movimiento e improvisación he buscado construir mis propias estrategias compositivas.


Las áreas de puesta en escena desarrollaron en mí una gran capacidad de análisis e investigación. Se me facilita la comprensión de textos y la redacción. También, tengo la capacidad de organizar el conocimiento para que sea más fácil de comprender para mí y para otros. Disfruto creando estructuras y movilizándolas a través de las diferentes áreas.
Sin embargo, a veces no logro comunicar estas estructuras de manera efectiva. Un aspecto por mejorar en este campo es seguir buscando nuevas maneras de comunicar mis conocimientos, seguir explorando mecanismos para el intercambio de información de forma que sea siempre accesible a otros, pues creo que el saber “individual” es poco útil.
Me interesaría seguir profundizando en la investigación. Me llama la atención la historia y la creación de conexiones entre culturas. Me propongo seguir un camino movida por la exploración en danza, que atraviese mi cuerpo desde diversos aspectos, como la técnica, la escritura, la lectura y el trabajo escénico.
El área de ensambles ha sido un espacio para investigar sobre las diferentes facetas del ejecutante creador. Me siento a gusto en las áreas de producción y gestión, pero es el trabajo de crear e interpretar el que más me apasiona. Durante la carrera pude explorar el trabajo con diferentes directores, desde aquellos que controlan todos los detalles de la escena hasta aquellos que entregan a sus ejecutantes toda la responsabilidad y solo guían el proceso grupal. Esto me ha dado la posibilidad de aportar a la escena en diferentes niveles. Me gusta relacionarme principalmente desde el cuerpo, proponer ideas y situaciones desde lo físico y procuro entender a los otros desde allí. Disfruto el trabajo en equipo como un espacio para entender el mundo a través de las experiencias de otros y para ampliar mi propia visión de mí misma.
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Finalmente, varios aspectos en los que deseo profundizar aún más son la composición coreográfica, las técnicas de danza moderna y las diferentes danzas tradicionales de Colombia. Creo que la composición coreográfica es un campo interminable y durante la carrera solo tuve la oportunidad de explorar una pequeña parte. Igualmente considero que entrenarse en diferentes técnicas es una oportunidad de seguir entendiendo el cuerpo desde diferentes puntos de vista. La danza moderna, como una de las raíces de las técnicas que he apropiado; y las danzas tradicionales, como raíces de mi herencia cultural.
La investigación del movimiento, desde las diferentes áreas de la carrera, es un eje fundamental de mi proceso. La exploración y la improvisación son las bases de mi trabajo como artista escénica y es a través de éstas que aprendo y creo. El aprendizaje, la ejecución y la creación son los espacios donde disfruto explotar mis habilidades y adquirir nuevos conocimientos para ser cada vez más versátil y aportar desde nuevos lugares al quehacer escénico.